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Los novios de la muerte

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Hoy, que recordamos 32 años de la última dictadura militar boliviana, rescato este texto y añado un enlace. Porque los tocayos, hermanados por la historia, casi gemelos, casi siameses en la memoria colectiva, Luis García Meza y Luis Arce están viejos y encarcelados. Y allí en Chochocoro, la cárcel de máxima seguridad, pelean como dos compadres octogenarios que a estas alturas, ya no se soportan. El uno culpa al otro de su desgracia. Escribo el guión una película que contará los últimos días de la dictadura de Luis García Meza. Por eso y por aquellas obsesiones que todos tenemos, esta historia me la conozco zambullida en cientos de textos y testimonios de unos y otros en 32 años de memoria. Por eso creo que ahora que Luis García Meza está viejo y algo sosegado dice casi toda la verdad. El general  no tiene nada que perder. http://www.eldeber.com.bo/Expresidente-de-facto-de-Bolivia-Banzer-y-Arce-Gomez-fueron-a-la-COB-a-matar-a-Marcelo/120717160621 Los novios d

Con ojos de laguna

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Cochabamba, septiembre de 2004. Al borde de la laguna Alalay, como único lazo que la ata con el frío minero, vive Domitila Barrios. De rato en rato sus ojos claros brillan. De rato en rato ese brillo se confunde con sus ojos mojados por unas lágrimas que más tardan en salir que en volver a su lugar. Ni ahora que puede se permite llorar en paz. La memoria la habita por completo. Es amable pero sobre todo desconfiada. Cómo no, después de toda una vida al acecho, perseguida por revoltosa, escabulléndose como topo entre los pasillos del socavón. Por eso, sus ojos se mojan recordando a tantos hijos perdidos a patadas en plena represión. “[...] Cuando me desperté me había estado tragando un pedazo de mi diente. Lo sentí aquí en la garganta. Entonces noté que el tipo me había roto seis dientes. [...] me puso su rodilla aquí sobre mi vientre. Me apretó mi cuello y estaba por ahogarme. Yo gritaba, gritaba... Parecía que quería hacer reventar mi vientre. [...] Y como si la

Si no fuese por él, Chile sería perfecto

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A propósito de la pronta visita a La Paz del cronista chileno, recojo este texto del libro Los años del descalabro cuyo título original es Para Pedro con amor y está, por supuesto, entre “las mujeres de mi vida”. Pendex en acción. Pedradas furibundas, gases que responden al desmadre y una bomba molotov que prende fuego en el Palacio de La Moneda. Michelle en la tele lamenta esta agresión contra el símbolo mismo de la democracia chilena. Y es que la balacera del 73 que se llevó a Salvador Allende y coronó a Augusto Pinochet, se recordó el 2005 con Michelle Bachelet estrenando la Presidencia de su país, con un quilombo de rostro estudiantil algo parecido a los de aquellos pendex del colegio Ayacucho en nuestro memorable febrero del 2003. Apedrearon, incendiaron y entre gases se confundieron con los pillos del lugar, finalmente todos cabreados por algo. Pero los chilenos se supone recordaban a sus muertos, repudiaban más bien diecisiete años de dictadura militar y sin embargo apedreaban